Caracteristicas de conflicto manifiesto
La escalada del conflicto es predecible, siguiendo patrones de confrontación crecientes. Es crucial buscar ayuda profesional para evitar una escalada mayor. La colaboración es vista como una debilidad, priorizando la imposición de la propia voluntad. En un conflicto manifiesto, las acciones son directas y observables.
Se pueden identificar fácilmente posturas opuestas y comportamientos confrontacionales. Se busca ganar a expensas del otro, sin importar las consecuencias. Cada uno se aferra a su propia interpretación de la situación. Las partes involucradas buscan resultados incompatibles entre sí.
El conflicto consume recursos personales y profesionales.
Existe una percepción negativa de las intenciones del otro, alimentando el antagonismo. El conflicto manifiesto se caracteriza por su evidente visibilidad. La falta de empatía es una característica notable. Estas tensiones previas explotan y se manifiestan de forma visible.
La negociación se complica por la rigidez de las posiciones. Las partes se muestran resentidas y desconfían mutuamente. El estrés y la ansiedad aumentan significativamente. Un conflicto manifiesto interrumpe el flujo normal de trabajo o la dinámica social. Es importante abordar las causas subyacentes para una resolución duradera.
Esta exposición genera tensión palpable en el ambiente y afecta las relaciones interpersonales. Se generan alianzas y bandos, polarizando aún más la situación. Un mediador o árbitro puede facilitar la comunicación y promover el entendimiento. La comunicación, aunque presente, suele estar cargada de hostilidad.
La comunicación se vuelve un monólogo de acusaciones. En el conflicto manifiesto, la competencia se vuelve destructiva.