Caracteristicas de la literatura culta en la edad media

Se buscaba la glorificación de Dios y la defensa de la fe. Los textos servían como herramientas de evangelización y adoctrinamiento. Los autores clásicos como Aristóteles y Platón eran venerados. La teología y la doctrina cristiana impregnaban los temas y los valores. Muchas obras eran anónimas o atribuidas a autores de renombre.

La literatura culta se basaba en el respeto a estas autoridades y en su reinterpretación. Sin embargo, también se producían obras en lenguas vernáculas, aunque con menor frecuencia. Se utilizaban figuras retóricas como la metáfora, la alegoría y la hipérbole.

Se utilizaban versos regulares y estrofas elaboradas, siguiendo modelos clásicos. El objetivo era elevar el espíritu y acercar al hombre a la verdad divina. La innovación se limitaba a la interpretación y la aplicación de los temas preestablecidos. El autor se consideraba un transmisor de la tradición y el conocimiento.

Se exaltaban los valores de la caballería como el honor, la valentía y la lealtad. La importancia de la autoridad era incuestionable en esta época. Se prefería la imitación de los modelos clásicos y la adaptación de las fuentes existentes. Estas obras en lengua romance buscaban llegar a un público más amplio.

Esto se reflejaba en el uso de complejos recursos estilísticos y una cuidada selección del vocabulario.

Estas historias servían como modelos de conducta para la nobleza. La caligrafía era cuidada y las ilustraciones eran frecuentes. El dominio de la retórica era un signo de erudición y habilidad literaria. La producción y la difusión de los libros eran un proceso lento y costoso.

Esto facilitaba la memorización y la transmisión oral del conocimiento.