Caracteristicas de la literatura expresionista
Se rompen las convenciones gramaticales y sintácticas, buscando un lenguaje más visceral y expresivo. La experimentación formal es una característica distintiva del expresionismo literario.
Los personajes suelen estar atormentados y alienados, sintiendo un profundo desencanto con el mundo que les rodea. El grito es una constante en la literatura expresionista, una manifestación de la angustia existencial. Los colores son utilizados de manera simbólica y contrastante, creando atmósferas opresivas y desoladas.
Los personajes se sienten perdidos y desorientados en la multitud, experimentando una profunda soledad. El expresionismo literario prioriza la subjetividad sobre la objetividad, distorsionando la realidad para reflejar la angustia interna.
El ritmo es irregular y agitado, reflejando la tensión interna y la desesperación. El objetivo es generar una transformación interna, promoviendo la reflexión y la acción. Simboliza la deshumanización y la pérdida de la individualidad. La exageración y la distorsión son herramientas para intensificar la emoción y la crítica social.
Se enfoca en la experiencia subjetiva y la expresión de las emociones más profundas. Se busca crear un lenguaje nuevo y original, que capture la esencia de la experiencia moderna. Busca despertar la conciencia del lector, confrontándolo con las verdades incómodas de la existencia.
El artista se considera un ser excepcional, capaz de percibir la realidad de manera diferente. El énfasis en la emoción y la subjetividad transformó la forma de contar historias. Expresa su visión personal del mundo, sin importar las convenciones sociales o las expectativas del público.
Se busca romper con la representación realista, mostrando la realidad a través de una lente subjetiva. La arquitectura opresiva y las calles laberínticas reflejan la confusión mental y la angustia existencial. La realidad externa es transformada por la mirada del artista, convirtiéndose en una proyección de su mundo interno.
La ciudad es un espacio hostil y alienante en la literatura expresionista. No pretende ser complaciente ni agradable, sino desafiante y perturbador.