Caracteristicas de la poesia arraigada y desarraigada
La poesía desarraigada rompe con el pasado y busca nuevas formas de entender el mundo.
La poesía desarraigada, por su parte, cuestiona las normas y convenciones sociales. La poesía desarraigada se siente alienada del mundo y busca transformarlo. La poesía desarraigada es un grito de angustia y desesperación ante la injusticia. Su objetivo es provocar la reflexión y el cambio social.
Busca la belleza en lo cotidiano, glorificando la patria y la fe. Refleja una visión pesimista y crítica de la realidad. Ambas son manifestaciones legítimas de la experiencia humana. Una busca la armonía, la otra el conflicto. La poesía arraigada idealiza el pasado y lo presenta como modelo a seguir.
Denuncia la crueldad y la violencia del mundo. Mientras la poesía arraigada encuentra consuelo en la tradición, la desarraigada se rebela contra ella. Su lenguaje es claro y accesible, evitando la experimentación formal. Su propósito es edificar y consolar.
Su visión del futuro es optimista y esperanzadora. Busca la aprobación y el reconocimiento de la sociedad. La primera ofrece respuestas, la segunda plantea preguntas. Experimenta con el verso libre y la prosa poética. Denuncia la opresión y la explotación.
La poesía desarraigada, en cambio, adopta un tono irreverente y un lenguaje directo. Su propósito es denunciar y despertar conciencias. Se centra en valores como la familia, la religión y el trabajo. Reflexiona sobre la existencia, la muerte y el sinsentido de la vida.