Especificidad de tipo ecologico
Esta especificidad aumenta su éxito reproductivo. Algunos insectos se camuflan para evitar depredadores particulares. Las plantas xerófitas, adaptadas a la sequía, tienen mecanismos únicos. Esta adaptación limita su distribución a regiones áridas. El color y el mimetismo son adaptaciones altamente específicas.
Almacenan agua en sus tejidos y reducen la transpiración. Esta adaptación limita su distribución a zonas costeras y salares. Las halófitas prosperan en suelos salinos donde otras no pueden sobrevivir. La fenología, o el tiempo de los eventos biológicos, también define la especificidad.
Esta especificidad optimiza la absorción de nutrientes y la supervivencia. Las estrategias de caza y forrajeo están adaptadas a la disponibilidad de presas. Cada parásito se especializa en infectar a una o unas pocas especies hospedadoras.
Esta coevolución genera una carrera armamentista ecológica. La especificidad de tipo ecológico refiere a la adaptación precisa de un organismo a un nicho particular. La eliminación de una especie altamente específica puede desencadenar efectos en cascada. Los mecanismos de defensa química ilustran la especificidad.
Los herbívoros, a su vez, pueden desarrollar resistencia a estas toxinas. Esta adaptación evolutiva restringe su distribución geográfica y su vulnerabilidad ante cambios ambientales. La dieta de una especie ilustra su especificidad de tipo ecológico.
La tolerancia a condiciones ambientales extremas define la especificidad. Cada hongo establece una relación preferencial con ciertas especies vegetales. El comportamiento animal puede ser altamente específico para un nicho. La destrucción de estos hábitats amenaza su supervivencia.