Arquitectura del quattrocento características
Los arquitectos del Quattrocento, como Alberti y Bramante, eran intelectuales y artistas. Sus principios de armonía, proporción y perspectiva influyeron en la arquitectura europea durante siglos. Se buscaba crear edificios que fueran a escala humana y que respondieran a las necesidades de las personas.
La búsqueda de la belleza racional era primordial, reflejando la mentalidad humanista de la época. El detalle y la precisión eran altamente valorados. La luz natural jugaba un papel crucial en la experiencia religiosa. Su influencia se extendió por toda Europa. Los arcos de medio punto eran un rasgo distintivo de la arquitectura del Quattrocento.
La influencia del Humanismo se reflejaba en la arquitectura del Quattrocento. Los edificios se diseñaban para el deleite visual y la funcionalidad. Estudiaban la antigüedad clásica y aplicaban sus conocimientos en sus diseños. Se buscaba crear espacios luminosos y equilibrados, que invitaran a la reflexión.
Su forma semicircular evocaba la antigüedad romana. Se inspiraba en la antigüedad clásica, recuperando elementos como arcos de medio punto y columnas corintias. La decoración era un elemento fundamental en la arquitectura del Quattrocento.
Su obra maestra continúa inspirando a arquitectos de todo el mundo. La funcionalidad y la belleza se combinaban para crear espacios habitables y agradables. Se buscaba crear edificios que fueran agradables a la vista y que transmitieran una sensación de orden.
Los palacios urbanos del Quattrocento reflejaban el poder y la riqueza de las familias nobles.
El Palazzo Medici Riccardi en Florencia es un ejemplo notable de esta tipología. El mármol se reservaba para los elementos más importantes. Se utilizaban frescos, esculturas y elementos ornamentales para embellecer los edificios.
Las iglesias del Quattrocento adoptaron una planta más centralizada y armónica. La simetría se aplicaba tanto a la fachada como al interior de los edificios.