Aulas especificas de conducta
El enfoque se centra en el desarrollo integral del estudiante. Detectan necesidades específicas que impactan el aprendizaje y la convivencia. Utilizan estrategias de modificación de conducta basadas en evidencia. El objetivo es desarrollar estrategias de autocontrol y gestión emocional.
Se comparten información y se toman decisiones conjuntas. Se realiza en función del progreso individual del alumno. Se garantiza el derecho a la educación inclusiva para todos los alumnos. La comunicación fluida y el trabajo en equipo son esenciales. Un equipo multidisciplinario evalúa y diseña planes individualizados.
Las aulas específicas no son un castigo, sino una oportunidad. Esto contribuye a mejorar su autoestima y bienestar general. Se promueve la equidad y la igualdad de oportunidades. Ofrecen un espacio seguro para alumnos con dificultades de comportamiento.
Se busca promover un ambiente de respeto y colaboración. Ayudan a los alumnos a superar las dificultades y a desarrollar su potencial. Contribuyen a formar ciudadanos responsables y comprometidos. Se favorece la autonomía y la responsabilidad.
Se emplean metodologías activas y participativas. Reconoce la necesidad de ofrecer una respuesta educativa adaptada. Se garantiza la calidad de la intervención. Contribuyen a crear una comunidad educativa más justa y equitativa. La transición al aula ordinaria es un proceso gradual.
Crean un vínculo de confianza con los alumnos.